DIOS,LA ESENCIA DE LA INTELIGENCIA
Feuerbach, Ludwig nace en Landshut (Baviera) en 1804. Fue discípulo de Hegel en su juventud, evolucionó hacia una concepción antropológica de la filosofía. En 1839 escribió Crítica de la filosofía hegeliana, a la que dio una interpretación materialista. En su obra Esencia del cristianismo trata de demostrar que el único objeto de la religión es el hombre, y que Dios es solamente el ideal de un pueblo. Y muere en 1872.
Tenía como ideas de que el hombre se distingue de los animales porque tiene capacidad de desarrollar conciencia de sí mismo que es lo que le caracteriza como especia. O, que el fracaso del hombre religioso ha sido precisamente proyectar su conciencia fuera de sí y atribuir a un ser que llama ''Dios'' todo lo que el mismo es, el hombre tiene un espejo de su parte positiva y buena a la que le pone el nombre de ''Dios'' y el mismo hombre mismo es la parte mala.
La idea principal es la comparación entre el hombre y Dios.
Feuerbach considera a Dios como un ser opuesto al hombre debido a que la religión es la desunión del hombre consigo mismo. El hombre es todo lo negativo, es decir, imperfecto, temporario, impotente, precaminoso... Mientras que Dios es todo lo positivo; eterno, infinito, perfecto, santo...
Separa al hombre y a Dios en dos extremos totalmente distintos. (Entre las líneas 1-7).
(Entre las líneas 8-10) Hace una tesis en la que saca la conclusión de que la religión empieza porque el hombre objetiva en la religión a un ser secreto.
(Entre las líneas 11-15) Reflexiona qué es Dios describiéndolo como la inteligencia, la esencia pura, perfecta, impecable y divina.
(Entre las líneas 16-29) Analiza las características de la inteligencia afirmando que la inteligencia es el ser neutral, indiferente, incorruptible, no apasionado, que existe en nosotros, también lo denomina como la luz del intelecto que no tiene efectos.
(Entre las líneas 30-33) Concluye con que la inteligencia es la actividad de la ley, es la regla de las reglas y sólo por medio de la inteligencia el hombre puede juzgar y obrar en contradicción con sus sentimientos personales.
